miércoles, 11 de diciembre de 2013

La grandeza de Mandela. Marisol Hernández

La grandeza de Mandela. Marisol Hernández
El jueves pasado, 05 de diciembre de 2013, falleció Nelson Mandela, ex presidente de Suráfrica, a la edad de 95 años. Es uno de los grandes humanistas del siglo XX. Luchó contra la forma de convivencia de dos o más razas en un país, el apartheid, esto es, la dominación por la raza blanca y la sumisión de las otras razas, en su país, de la negra. En esta forma de organización social siempre los negros eran los súbditos, en el sentido que Hannah Arendt le ha dado a estos, una masa de individuos que no tienen capacidad de vivir individual y colectivamente con independencia y conciencia de sus actos sociales y políticos. Un ejemplo en contra del apartheid fue la organización política negra CNA, encabezada por Nelson Mandela.
En discusión de asuntos como, por ejemplo, los que habían acontecido durante la época nacionalsocialista, incluido el genocidio de los judíos, gitanos, homosexuales y otros “enemigos del régimen”, y específicamente, sobre cómo se había configurado el apartheid, se llega a la conclusión de que esta forma de separación de las razas era inhumana.
Además, este artículo tiene el propósito de proporcionar una versión de la historia del África negra. Cuando en 1972 se realizó el primer encuentro de científicos sociales africanos y latinoamericanos en Dakar/Senegal, la labor de búsqueda incrementa el interés por África. La visión de la realidad señala  como el apartheid surafricano constituía la más denigrante forma de organización de las sociedades africanas. Y en este contexto reaparece el nombre de Mandela.
Se percibe que Nelson Mandela fue el Mahatma Gandhi de África, especialmente de Suráfrica. Políticamente activo desde muy joven, se dedicó a luchar contra el apartheid. Fue encarcelado varias veces, la última durante 27 años en Robben Island frente al puerto de Kapstadt. En los ochenta y noventa del siglo pasado, académicos, políticos, hombres de negocio y otros intelectuales de la minoría blanca empezaron a comprender que el apartheid era un régimen inhumano que no tenía futuro. Este proceso fue fuertemente impulsado por el presidente Frederik Willem de Klerk, quien había comprendido que la separación tan estricta de las razas era un impedimento del desarrollo de la sociedad. Éste visitó y liberó a Mandela en 1990 de su cárcel. El apartheid desapareció, el CNA fue legalizado, De Klerk y Mandela recibieron en el año 1993 el Premio Nobel de la Paz y Mandela fue elegido presidente de Suráfrica en 1994.
Para finalizar, se cita unas frases que pronunció Mandela al asumir la Presidencia. “Ha llegado el momento de curar las heridas. El momento de salvar los abismos que nos dividen. (…) Contraemos el compromiso de construir una sociedad en la que todos los surafricanos, tanto negros como blancos, puedan caminar con la cabeza alta, sin ningún miedo en el corazón, seguros de contar con el derecho inalienable a la dignidad humana”.
 Se comprende, la figura y la personalidad superior de Mandela que pertenece al futuro. Hay ciertos principios por los que vivió, al igual que Bolívar, que la libertad es un valor en sí misma, que es mejor morir por la libertad que vivir en la esclavitud; que la organización política de la libertad tiene su expresión en la democracia, pero que la democracia debe encontrar el balance entre las exigencias de la libertad y las de la estabilidad y la eficiencia, o se producirá la anarquía; que los conflictos internacionales deben hallar su solución en una liga de pueblos libres que dirima las controversias entre sus miembros a través de un tribunal de justicia. Se tiene conciencia de la grandeza de Mandela.

Marisol Hernández. Dra. en Ciencia Política . Maracaibo, 11 de diciembre de 2013

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