viernes, 9 de mayo de 2014

La convivencia democrática y el orden en Venezuela. Marisol Hernández

La convivencia democrática y el orden en Venezuela. Marisol Hernández

Se pretende dar a conocer, a la opinión pública, una visión de la coyuntura que vive el país y el sentir de significativos sectores de la comunidad.
Igualmente, se reafirma el compromiso con la defensa y promoción de los derechos humanos,  y poner al servicio de la nación y la patria una experiencia en la labor cotidiana de armonizar en la diversidad política, social y cultural del país, expresado el ánimo de aportar al restablecimiento de la convivencia democrática y el orden en Venezuela.
Se manifiesta el respaldo y apoyo al compromiso que se asumen con la defensa y promoción de los derechos humanos, teniendo al respecto una responsabilidad de fomentar una educación de los derechos constitucionales,  específicamente los relacionados con la diversidad política, cultural y social, de la justicia y la paz".   

Como integrante de una comunidad de conocimiento se reflexiona sobre la vida política, económica, social y cultural de las universidades y del país. Es decir, los ciudadanos venezolanos se encuentran conmocionados ante los acontecimientos que se han suscitado en Venezuela durante los últimos tres meses; eventos que se iniciaron como manifestaciones cívicas del  descontento de sectores de la población estudiantil por problemas que afectan a todos los que cohabitan el territorio nacional, tales como la inseguridad, el desabastecimiento, la escasez de divisas, de bienes, de servicios y la inflación, han degenerado en formas violentas de protesta por una parte, y en una inhumana represión por parte de la fuerza pública con el lamentable saldo de muertes, lesionados, detenidos, situaciones de violación de los derechos humanos y vulneración a las garantías y los derechos constitucionales, particularmente los consagrados en los artículos 44, 46, 49, 50, 55, 57, 58, 68 y 109 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pacto social que debe regular y limitar las actuaciones de todos, el gobierno y la población.

La comunidad universitaria y todos los sectores del ámbito nacional se encuentran de duelo por la muerte de miembros de su comunidad estudiantil y de las fuerzas que resguardan el orden; de duelo por la profundización de heridas sociales, políticas, económicas y actitudes fratricidas. La negativa de algunos sectores radicales a establecer las condiciones que la paz y el diálogo exigen, como son las muestras reales de reconocimiento del adversario político y respeto mutuos, con el fin de garantizar, la gobernabilidad y oportunidades a las generaciones futuras, urgentes para la reconstrucción de la unidad social y la identidad  nacional, es decir, la continuidad del proyecto de país.

Se enfatiza, que la cultura que identifica a un pueblo no se decreta sino que se origina en un proceso complejo y progresivo, tampoco se decreta los comportamientos y conductas, siendo la convivencia pacífica una de las que emerja o no según las acciones que promuevan todos los particulares involucrados, en la esperanza  de crear condiciones para focalizar categorías específicas  del bienestar y bien común, en el contexto de la democracia.


Para concluir, los derechos humanos son derechos culturales, desde la libertad de expresión hasta la vida, y el compromiso es su promoción y respeto, y por ende se exhorta a su garantía. Y por tanto, será posible tener una realidad presente y un futuro sin la violencia. Se necesita mediar por la paz que requiere el país abriendo espacios para la sensibilización y la socialización de las idóneas prácticas culturales comunitarias, desarrollando acciones basadas en el humanismo, promoviendo y decretando valores democráticos como el pluralismo, la tolerancia y la cultura de paz en pro del diálogo, discusión de ideas, la creación, la civilidad, la diversidad de criterios, que estructuran el rasgo distintivo del patriotismo venezolano, el cual debe materializarse en resultados concretos