Se reconoce, que las crisis económicas y políticas que se vive, la desconfianza entre las instituciones (reglas de juego) y los organismos (los jugadores) y la disminución de la calidad de vida con deficientes servicios públicos tienen como fondo: la pérdida de ideas o valores morales de orientación (respeto, justicia, tolerancia), y valores democráticos (pluralismo, responsabilidad, participación e institucionalidad), que ayudan a distinguir entre lo bueno y lo malo, lo noble y lo indigno, lo egoísta y lo altruista, lo justo y lo injusto, es decir, se padece un debilitamiento del sistema de valores que sirven para orientar el comportamiento humano para decidir en libertad (ética y moral).
Hoy día, la democracia es un sistema político ideal o una forma de gobierno, de administrar y organizar el poder político de un país (sin totalitarismo ni dictadura), permitiendo que la opinión pública (voces de todas las personas) sea escuchada y representada mediante elecciones. Sin embargo, existen múltiples grupos: minorías, cuyas opiniones no son escuchadas; se observa grandes diferencias entre la teoría y la práctica democrática.
Más allá, la democracia es una forma gregaria (social) de vida, de convivencia, cotidiana y diaria, entre personas de diversas culturas que optan por distintas posiciones ideológicas (liberal, socialista, conservador) pero tienen como meta el bien común de la sociedad, que es el bienestar del pueblo, hacen acuerdo o pacto entre los miembros del grupo, facilitan el diálogo y el consenso, respetan el discenso y dirimen conflictos, se consideran adversarios y no enemigos.
Se reconoce al pacto social (o contrato social de Rousseau) en la búsqueda del bien común y la importancia de la solidaridad en el ejercicio de la soberanía popular, como elementos básicos en la construcción de una verdadera democracia. El que tiene el poder de decidir lo que es mejor para todos se le conoce como poder soberano, históricamente ostentado por una sola persona (monarca o dictadura) hasta por pequeños grupos o élites (aristocracia o partidocracia), hoy día reside en el pueblo mismo, a esto se le conoce como soberanía popular.
Marisol Hernández
No hay comentarios.:
Publicar un comentario